La Visión de José Mujica Sobre la Permanencia en el Poder: Críticas a la Perpetuación y Énfasis en la Renovación
José "Pepe" Mujica, expresidente de Uruguay conocido por su estilo de vida austero y su franqueza, se pronunció en diversas ocasiones sobre la permanencia en el poder.

José "Pepe" Mujica, expresidente de Uruguay conocido por su estilo de vida austero y su franqueza, se pronunció en diversas ocasiones sobre la permanencia en el poder, mostrando una postura crítica hacia aquellos líderes que buscan perpetuarse y enfatizando la importancia de la renovación y de no sentirse indispensable.
Mujica, quien gobernó Uruguay entre 2010 y 2015 y respetó la prohibición constitucional de reelección inmediata en su país, consideraba que aferrarse al poder es perjudicial. En una recordada declaración, criticó a la entonces expresidenta argentina Cristina Fernández de Kirchner por su continua presencia en la primera línea política, afirmando: "¡Cómo les cuesta largar el pastel!". Esta frase refleja su desaprobación hacia los líderes que no ceden espacio a nuevas generaciones.
En consonancia con esta idea, Mujica subrayó la importancia de que los dirigentes formen sucesores capaces. "Toda mi vida dije que los mejores dirigentes son los que dejan una barra que lo superan con ventaja", expresó, sugiriendo que el verdadero legado de un líder no es su longevidad en el cargo, sino la capacidad de asegurar una continuidad con personas aún más competentes.
El exmandatario uruguayo también reflexionó sobre la transitoriedad de los roles políticos y la importancia de no creerse irreemplazable. En entrevistas recientes, advirtió que "es un gran problema creerse insustituible" y que el mundo sigue su curso independientemente de la presencia de una figura política. Esta filosofía se vio reflejada en su propia decisión de renunciar a su escaño como senador en 2020, argumentando su avanzada edad y la necesidad de dar paso a otros: "Hay un tiempo para venir y otro para irse".
Su visión sobre el poder se enmarcaba en una concepción más amplia de la política como un servicio y no como un medio para el beneficio personal o la perpetuación. "El poder no cambia a las personas, solo revela lo que son", solía decir, al tiempo que insistía en que "los políticos tenemos que vivir como vive la mayoría y no como vive la minoría". Estas ideas refuerzan su rechazo a la idea de mantenerse en el poder de forma indefinida, priorizando en cambio la humildad y la conexión con la ciudadanía.